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Los primeros pasos para una relación sana con el sueno

March 28, 2019

Escrito por Carol Castanon and Andi Metlzer

Para muchas personas, no hay nada mejor que acostarse después de un largo día. Para los adultos, la idea de meterse a una cama cómoda les hace feliz al pensar en acostar su cabeza sobre una almohada suave y acurrucándose en su cobija. Pero antes de que comience un sueño reparador, los adultos realizan ritos cortos para prepararse para el sueño de la noche. Los adultos tienen estrategias que les ayudan a hacer la transición al sueño. Para algunos, puede ser una posición favorita, leer un libro antes de acostarse o abrir una ventana. Es posible que los adultos ni lo piensen, pero esos pasos nocturnos nos ayudan a reposar con tranquilidad.

Cuando los bebés no duermen bien buscamos una explicación. ¿Es la dentición, tienen hambre, tienen gas? ¿Son estas las razones por las que los bebés no duermen? A veces estas razones son absolutamente ciertas. Excluyendo las razones obvias, muchos bebés no duermen bien porque están aprendiendo a calmarse y a regresar a dormir sin la compañía de otra persona.

Muchos padres piensan que sus bebés no pueden quedarse dormidos sin un biberón, amamantando o meciéndose. Este puede ser el caso, pero lo que sucede es que estos bebés han comenzado a confiar en un apoyo externo para quedarse dormidos. Puede ser una acaricia, el aliento, el olfato o la voz de un padre que calma al bebé a dormir. La experiencia sensorial de seguridad es muy poderosa para los jóvenes. Durante la noche, pueden despertarse totalmente y gritar para que se les tranquilice nuevamente a dormir. No han aprendido a quedarse dormidos solos ni a volverse a dormir después de despertarse.

La buena noticia es que la capacidad para dormir independientemente se puede fomentar en bebés y niños pequeños. Aprender estas habilidades a una edad temprana no solo proporciona a los bebés un sueño saludable, sino que también permite que la hora de acostarse sea mas placentera. ¿Qué pueden hacer los padres para fomentar una relación sana con el sueño? Incorporar coherencia y rutina a la hora de acostarse es un comienzo. Es bueno saber que los ritos constantes a la hora de acostarse pueden ser diferentes para cada familia.

Los bebés y los niños necesitan estructura para ayudarlos a dormir. Al proporcionarles una rutina constante, ellos saben qué esperar a la hora de acostarse y esto facilita la transición de estar despierto a dormir. Elegir de 3 a 5 pasos, o rutinas, ayudará a indicar a sus cuerpos que es el momento de relajarse y sentirse seguros durante el proceso. Varios pasos buenos para una rutina de 30 a 45 minutos antes de acostarse pueden incluir:

Un baño: es un primer paso perfecto para indicar que la hora de acostarse se aproxima.

Pijama y cepillarse los dientes: es una oportunidad perfecta para estar juntos.

Libros o canciones, saco de dormir y abrazos: esta es una manera perfecta de acomodarse hacia el sueño.

La autorregulación o el auto-cuidado.

Algunos bebés son más fáciles de calmar y encuentran mas fácilmente su camino a dormir. Mientras otros bebés o niños pequeños pueden necesitar más ayuda para llegar al sueño. Puede ser confuso encontrar el equilibrio entre ayudar a su hijo a desarrollar buenos hábitos para el sueño, o crear demasiada comportamiento codependiente. El cuidado durante la noche puede ser un momento difícil para los padres. Notar lo que funciona, lo que se enseña y lo que un niño está tratando de aprender es un buen paso hacia una perspectiva más clara de los padres. Un camino claro puede ser muy útil, ya que los niños sienten ya sea la tensión o la tranquilidad que aporta un padre.

La noche también puede ser un momento en que los sentimientos salen a raíz de una experiencia. ¿Habrá una separación, una enfermedad en la familia o la pérdida de una persona especial? ¿Ha vuelto un padre al trabajo o se ha mudado la familia? ¿Hay una nueva escuela o se ha alcanzado un nuevo hito? ¿Su bebé acaba de aprender a pararse o a caminar? Estos son los tipos de preguntas que fomentan un entendimiento más profundo de la experiencia de un niño y pueden ayudarnos a encontrar las palabras de consuelo o la información que los niños a veces necesitan.

Cuando los bebés y los niños duermen lo necesario, aprenden que se siente muy bien estar descansando y reconocen cuando sus cuerpos están cansados. Las familias bien descansadas son más felices y sanas. Sin embargo, algunas noches pueden estar más despiertas que otras. Teniendo un plan básico para un sueño saludable nos ayuda a regresar a los buenos hábitos de dormir incluso después de las interrupciones causadas por una enfermedad, por una pesadilla, por mojar la cama, etc. Curiosamente, es más probable que un buen sueño siga a otro. ¡Cultivar la habilidad del buen dormir es protector y tiene implicaciones positivas durante la infancia!